martes, 12 de junio de 2012

PHOTOTRIP: MARCHA POR EL PATRIMONIO

Una marcha es un hecho colectivo, como la ciudadanía, que es una decisión individual pero siempre un conjunto de personas que se asumen iguales y necesarias, carentes y con derecho a decir.

Marchar es un acto completamente humano. Tanto que es precisamente aprender a andar un paso fundamental -valgan las redundancias- en la maduración de los niños. Marchar es avanzar, y crecer. Las sociedades en las que sus miembros no marchan se anquilosan. Marchar es respirar.

Visto así, no se asuman las carencias que lo hacen a uno marchar como aquellas de dinero, vestido o alimento. La carencia perenne de satisfacción a nuestra condición humana es aquella que uno enfrenta un domingo por la mañana, en lugar de quedarse en casa o estar tranquilito, sin nada hacer.

Esas son las necesidades insatisfechas que algunas autoridades -casi todas, lamentablemente- interpretan como caprichos innecesarios: derechos humanos, cultura, desarrollo sostenible, belleza en la ciudad. Y las reemplazan con compra, consume y no estorbes el cargador frontal que algunos llaman “progreso”, tan pomposamente,
La cultura es inasible: no se trata tan sólo de lugares o edificios: esta viva especialmente en los testimonios que provocan esos lugares y edificios, y en los relatos en que se convierten y que van llegando de padres a hijos hasta hoy, o mañana. Así se define el patrimonio inmaterial, y es eso lo que quisimos proteger los que marchamos este domingo último hacia el centro de la querida Arequipa.

No muchos, pero tampoco cuatro gatos. Los suficientes, los comprometidos, los que soñamos con una ciudad que nos siga conmoviendo con sus pequeñas cosas, las que deseamos contar a nuestros hijos, los que están y han de venir.

Yo quería contarle a mis hijos lo hermoso de viajar en tren; ahora mismo no es posible desde la hermosa estación de Tacna y Arica... pero algún día quiero tomar una mano pequeña, remotamente parecida a la mía, y contarle de mis viajes caminando bajo los arcos de un edificio antiguo tal vez, pero nunca inútil: siempre será el nexo con un momento de mi vida que siento feliz y deseo compartir cuantas veces pueda.

Eso es lo que protegimos -y queremos seguir protegiendo- esta mañana soleada de domingo: nuestra necesidad humana de encontrarnos con lo familiar, con lo entrañable, con lo cercano; no con un show de cartón piedra y policarbonato verde estadio. Con algo que nos conmueva y nos deje contar cómo somos, y cómo llegamos a serlo.

En este trip participaron: Jorge Bedregal, Diana Calle, Reynaldo Bedoya, Verónica García, Angélica Mendoza, Enrique Durand, Daniela Fernandez.

No hay comentarios: